Eugenio María
de Hostos
(Eugenio María de Hostos y Bonilla;
Mayagüez, Puerto Rico, 1839 - Santo Domingo, 1903) Político, pedagogo y
escritor puertorriqueño. Hombre austero y de ideas liberales, cuyo pensamiento
recibió influencias del krausismo y del positivismo, Eugenio María de Hostos
consagró su vida a un doble ideal: la independencia de su patria y la educación
de los pueblos.
Eugenio María de Hostos
Hostos soñó con una confederación
antillana libre como base de una América libre y unida, y a ello se dedicó con
ahínco desde sus tiempos de estudiante en España; vio en la mejora de la
educación popular el fundamento de un futuro de libertad y justicia, y, a lo
largo de una vida itinerante que lo llevó a recorrer todo el continente,
prodigó por doquier su labor de renovación pedagógica.
Biografía
Tras haber cursado estudios primarios en la capital
de su país natal, Eugenio María de Hostos viajó en 1852 a España para completar
su formación académica. Estudió en Bilbao y en Madrid, donde se licenció en
leyes y tomó contacto con los diversos grupos de discípulos de Karl Krause que
en la segunda mitad del siglo XIX animaban la vida cultural madrileña.
El krausismo determinó, a partir de entonces, los
derroteros filosóficos, pedagógicos y políticos por los que habría de discurrir
su actividad intelectual; y así, partidario de la independencia de las colonias
antillanas, creyó posible una gran federación ultramarina que instaurase la
república en aquellos lares. Convertido en adalid del independentismo
antillano, Eugenio María de Hostos pronunció en el Ateneo de Madrid varias
sonadas conferencias que quedarían plasmadas por Benito Pérez Galdós en
la novela histórica Prim (1906), perteneciente a la cuarta serie de
sus Episodios nacionales. Confió en que la Primera República española
(1873-1874) daría la libertad a su país, y abandonó España cuando vio
frustradas sus esperanzas.
Empezó entonces para el ilustre puertorriqueño una
vida de peregrinación, de propaganda, de lucha por sus ideales. Vuelto a
Hispanoamérica, formó parte de la Junta Revolucionaria Cubana creada en Nueva
York y dirigió su órgano periodístico, La
Revolución. Posteriormente, Eugenio María de
Hostos recorrió América del Sur propagando sus ideas liberales, dirigió en
Venezuela el Colegio Nacional de Asunción y fundó en Santo Domingo la llamada
Escuela Normal, para volcarse de lleno en una incesante actividad pedagógica
(1879-1888) que luego extendió por Chile entre los años 1889 y 1899.
Fruto, en parte, de esta abnegada labor, fueron los
dos tratados de sociología que publicó en 1883 y 1901. Hostos proponía una
educación liberal que llevara a un progreso moral e hiciera posible el
desarrollo de la democracia y
las instituciones representativas en Hispanoamérica. De regreso a su patria,
fue nombrado jefe de la comisión encargada de reclamar en Estados Unidos la
independencia de Puerto Rico dentro de una confederación de las tres grandes
islas antillanas. Pero la dominación española había sido sustituida por la
norteamericana, y, rota la ilusión de ver a su país libre, emigró de nuevo a
Santo Domingo, donde consagró el resto de sus días a su obra pedagógica y
cultural.
Eugenio de Hostos
La preocupación de Eugenio María de Hostos por la
ética quedó plasmada en el ensayo Moral
social (1888), y su temprana vocación
legalista, en Lecciones de Derecho Constitucional (1887). También es autor de tres
ensayos: Biografía de Plácido (1872), Cartas públicas acerca de Cuba (1895) y Meditando (1909),
obra póstuma que recoge su célebre ensayo sobre Hamlet. En el
terreno de la creación literaria, Hostos dio a la imprenta en 1863 la novela
simbólica titulada La peregrinación de
Bayoán, donde dejó plasmados sus postulados
independentistas. En 1939 se publicó su obra completa (20 volúmenes).
Obras de Eugenio María de Hostos
La producción de Hostos, extensísima
y variada, comprende muchos más títulos que los anteriormente destacados, y,
pese a tal diversidad, se halla presidida en su mayor parte por aquellos mismos
ideales de libertad en el terreno político y de humanismo en el educativo que
siempre guiaron su trayectoria vital. Ello puede afirmarse incluso de las obras
que, dentro de su amplísima bibliografía, podemos calificar de literarias.
Si alguna vez se ha considerado su obra literaria
como de interés secundario, ello no se debe a falta de aptitudes ni de calidad:
su primer trabajo en prosa, la singular novela titulada La peregrinación de Bayoán, escrita en 1863 en España, tiene un interesante
contenido simbólico y poemático que anunciaba a un escritor de gran porvenir literario,
dentro de la corriente romántica. El relato representa la unión de las
Antillas, personificadas en distintos personajes que llevan nombres indígenas:
Bayoán es Puerto Rico; Marién es Cuba; Guarionex es Santo Domingo. La hondura
del pensamiento y la exposición de ideas revelan ya en este texto primerizo el
acendrado amor de Hostos a América y su preocupación por el porvenir de las
Antillas.
Este primer grupo de obras literarias incluye otras
dos novelas inéditas: La novela de la
vida y La tela de araña.
Eugenio de Hostos escribió asimismo algunas composiciones poéticas y un poema
neoclásico titulado El nacimiento del
Nuevo Mundo. Después redactó algunos cuentos y
comedias para sus hijos (Cuentos a mi hijo, 1878), pero no pasó de ahí: sus ilusiones
literarias de juventud serían pronto consideradas por el propio autor como
ocios impropios del hombre llamado a más altos menesteres patrióticos y
humanos.
El grueso de la obra de Hostos lo conforman ensayos
de diversa temática: ética, sociología, derecho o literatura. En este ámbito su
libro de mayor alcance se titula Moral
social (1888), fruto de las clases que
dictó durante su permanencia en Santo Domingo, de 1879 a 1888. Hostos siguió
las tendencias filosóficas del momento en que se formó su pensamiento (el
positivismo de Comte), pero en
ocasiones recuerda la corriente krausista, introducida en España por Julián
Sanz del Río. En Moral social, Hostos expone, de todos modos, una concepción
propia y original de la ética en las relaciones del hombre con la sociedad.
Otros ensayos de tipo didáctico de Hostos, como
el Tratado de Sociología (1901), tuvieron el mismo origen, pues provienen de
su labor docente en Santo Domingo; son asimismo dignos de mención títulos
como En la exposición y La
cuna de América. Por su sólida estructura científica
sobresalen sus Lecciones de Derecho Constitucional (1887), obra premiada en la Exposición
Nacional de Guatemala en 1897; su Geografía
Evolutiva (1895) y el ya citado Tratado de Sociología (1901).
Todo ello da una idea de la importancia del
polígrafo puertorriqueño, pero su actividad abarca todavía más aspectos:
recogió las impresiones de su largo viaje por Sudamérica en Mi viaje al Sur;
es autor de una biografía del cubano Francisco Vicente Aguilera,
que publicó en Caracas; de una Biografía
de Plácido, publicada en Chile en 1872; de
las Cartas públicas acerca de Cuba (1895), de la letra y la música de un Himno a Borinquen y
de otros muchos trabajos.
Entre sus estudios de crítica literaria, por
último, sobresalen el dedicado a Romeo y Julieta (Barcelona, 1867), la inmortal tragedia
de Shakespeare, y el ya
citado sobre Hamlet (Santiago de Chile, 1872), uno de sus ensayos
de mayor interés. La Confederación de Estados Americanos, reunida en Lima en
1938, proclamó póstumamente "Ciudadano de América" a Hostos,
apreciado todavía hoy como ilustre polígrafo y como el más brillante de los
educadores de Hispanoamérica.
Cómo citar este artículo:
Ruiza, M., Fernández, T. y Tamaro, E. (2004). Biografia de Eugenio María de Hostos. En Biografías
y Vidas. La enciclopedia biográfica en línea.
Barcelona (España). Recuperado de https://www.biografiasyvidas.com/biografia/h/hostos.htm el 11
de enero de 2021.
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